Resistente y duradero. En comparación con algodón, la tela de lino es dos veces más fuerte y resistente haciendo que las piezas confeccionadas con este tejido tengan una resistencia excelente y duren muchos años. También tiene poca elasticidad, lo que permite que las prendas de vestir conserven su forma. Resiste y protege la piel de los rayos ultravioleta.
Ligero. Fresco, frío al tacto. Aislante. Excelente conductor de calor.
Higroscópico y termo regulable.
Absorbe bien el sudor sin adherirse al cuerpo, y evapora el agua rápidamente, lo que la hace una tela de vestir inigualable en altas temperaturas. El lino también seca muy rápido y es termo regulable, lo que significa que se adapta bien al clima, se mantiene liviano y fresco en verano, sintiéndose seco al tacto debido a que solo absorbe un 20% de humedad.
Antibacteriano y fungicida, lo que lo hace resistente a las plagas. Neutraliza olores. Los tejidos de lino son higiénicos por la capacidad de sus fibras de eliminar la actividad de la micro flora patógena. O sea, anula la proliferación de las bacterias de nuestra piel, como por ejemplo las bacterias que hacen que nuestro sudor huela a cualquier cosa menos a flores.
El lino, al igual que el algodón, se compone principalmente de celulosa por lo que es capaz de absorber hasta un 20% de agua, sin que por ello llegue a adquirir un tacto húmedo.